El Orihuela Deportiva logró una sufrida victoria (2-1) frente al Monóvar. Los de Mario Tormo generaron muchas ocasiones en la primera parte, pero se fueron al descanso con una renta mínima (1-0). En la reanudación, el Monóvar supo frenar el empuje de los gualdinegros y aprovechó una jugada a balón parado para empatar. El gol visitante sembró dudas en las filas del Deportiva. Finalmente, el conjunto oriolano terminó reaccionando y marcó el gol de la victoria en otra jugada a balón parado.

 

Celebración de la victoria – Foto de Mariló Paredes

El Orihuela Deportiva afrontaba el partido contra el colista mermado por una plaga de bajas y sanciones. En esas circunstancias, Mario Tormo aprovechó la polivalencia de Raúl y de Tatto para conformar una defensa de garantías y el equipo local salió al campo sin complejos y con un claro objetivo: comerse al rival. En los primeros compases del partido el Deportiva generó situaciones de superioridad de todos los colores: con balones largos a la espalda de la defensa rival, con velocidad en bandas, y con combinaciones y balones filtrados desde la medular. Los “uys” se sucedían en la grada local, pero el gol no llegaba. Josan, Valentinov y Samu dispusieron de oportunidades claras para adelantar a los locales, pero en unas ocasiones la mala suerte y en otras las decisiones arbitrales impidieron que el gol subiese al marcador. Así fue que no se hizo justicia hasta el minuto treinta y cinco, cuando Samu se zafó de un rival en el centro del campo y deleitó a la grada con un fenomenal pase en profundidad a Josan. El delantero amarillo fue más rápido que los defensas rivales, y tras recibir el balón con ventaja, dribló con sangre fría al portero y convirtió.

Los minutos que transcurrieron hasta el descanso siguieron la línea de los anteriores: el Deportiva avasallaba a su rival, que solo lograba quitarse presión mediante pelotazos largos con clara dirección pero con poco sentido. La nota negativa de la primera parte la puso Raúl Castaño, que hubo de ser sustituido por Fede a causa de una lesión. León dio un susto y también se lastimó la rodilla, pero por fortuna pudo continuar en el campo.

La segunda parte arrancó con cambio de guion. La defensa del Monóvar basculaba y tapaba huecos de manera eficiente, haciendo que el dominio de la pelota de los locales no se tradujese en ocasiones. Además, los balones largos de la zaga del Monóvar empezaron a lograr conectar con su línea ofensiva, que tras un cambio, ganó en dinamismo y protagonismo. Esta mejora visitante se tradujo en ocasiones que, aunque esporádicas, pusieron en apuros al Deportiva. El primer aviso serio llegó cuando un atacante monovero se internó por el pico izquierdo del área local y cayó derribado por Tatto. El árbitro no vio infracción y el suspiro de la afición gualdinegra removió el aire en Espeñetas. Y la siguiente no fue susto, sino muerte. Una falta lateral votada como centro al área fue rematada en posible fuera de juego por un delantero del Monóvar. El árbitro dio validez al gol y la parroquia local torció el gesto.

Faltaban quince minutos y el partido estaba abierto. El dominio de los locales contrastaba con la eficacia de los visitantes, que con muy pocos acercamientos al área estaban obteniendo un botín que se antojaba excesivo. En esos compases, el premio para el Monóvar pudo ser mayor si su atacante llega a marcar en un mano a mano con León. El balón se perdió por la línea de fondo, pero los fantasmas de viejas derrotas volvieron a atormentar por un momento a la afición gualdinegra.

El Deportiva necesitaba y merecía la victoria. Así que la afición local animó a los suyos con fuerza, dando saltos de esperanza sobre la maltrecha grada, como si pudiera inclinar el campo hacia la portería monovera. Y los jugadores del Deportiva reaccionaron con temple y fe en el manual de Tormo: fútbol de posesión y ataque. La convicción de los gualdinegros tuvo su recompensa a falta de poco más de diez minutos para el final. Una falta votada desde la izquierda por Rosendo fue culminada por un cabezazo de Libu. El balón se coló en las mallas de la portería visitante y se desató la euforia en Espeñetas.

En los últimos minutos del partido el Deportiva defendió con solidez los ataques desesperados del Monóvar. Tormo hizo debutar al juvenil Cristian, central de buena planta que, en momentos de tensión, intervino en el juego de manera muy solvente. Mientras, el balón volaba y volaba ante la incapacidad visitante por armar juego y el interés de los gualdinegros por alejar el balón de su campo y amarrar el resultado. Hasta que el árbitro pitó el final y los locales levantaron al cielo puños de victoria sufrida.

Con esta victoria el Deportiva ganó en confianza y demostró disponer de recursos suficientes para responder a la adversidad. Los gualdinegros suman diez puntos y se sitúan décimos en la tabla de clasificación. El fin de semana los de Mario Tormo visitan al Racing San Miguel CF.

Por el CFP Orihuela Deportiva lucharon: León; Tatto, Raúl (Fede), Libu, Guille; Mario Valentinov (Cristian), Vegara (Manuel Jesús), Rosendo, Víctor Jara; Samu y Josan (Abel). Entrenador: Mario Tormo.

Goles: 1-0 Josan; 2-1 Libu.

Unos 300 espectadores en el Polideportivo Espeñetas.

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