¿Cómo podemos querer tanto a un deporte en el que, en ocasiones, no pasa nada durante una hora y media? El fútbol es injustificable desde un punto de vista lógico. Lo sabemos, lo aceptamos. Nos da igual. Este fenómeno se exacerba cuando hay un derbi. Cuando la rivalidad callejera se traslada al campo y durante una tarde miramos a nuestros vecinos con el cainismo que impediría una convivencia normal en el día a día. 

Por suerte, esto no es Argentina. Cuando acaba el partido la emoción se relaja, chocamos manos, saludamos, nos despedimos, nos deseamos desgracias deportivas y suertes personales e incluso cae algún abrazo. Es un derbi de regional, pero pocas síntesis hay mejores de lo que es el fútbol y de por qué lo queremos tanto.

En el terreno de juego el partido no comenzó tan pasional como se esperaba. Los primeros minutos, de tanteo, sirvieron para que el Deportiva sobara la pelota, con una ingenua intención de cansar al Sporting. Los naranjas comprendieron una vez más qué es un derbi y cuál es su posición en el fútbol local. Empequeñecidos, pero no muertos. Cualquier ocasión es buena para reivindicarse y ninguna mejor que frente al Orihuela Deportiva.

Las ocasiones llegaron conforme se fueron diluyendo los centros del campo de uno y otro. Como la doble oportunidad que tuvieron Samu Guerrero y Yoel, tirando el primero al palo y mandando la bola arriba el segundo. Ya en la segunda parte, comenzó la fiesta.

El partido se rompió a partir del penalti que situó (0-1) por delante al Deportiva. Kino lo tiró centrado y apuntaló su gran partido como organizador del equipo. El CFP no pudo gestionar la ventaja durante tantos minutos y el Sporting Orihuela empató (1-1) con un afortunado cabezazo a la salida de un córner. El remate fue sorteando rivales tras botar en el área pequeña y entró pegado al palo. 

Los últimos minutos trajeron la locura al partido. El Deportiva agobió al equipo local con múltiples ocasiones en botas de Yoel, Samu, Manuel Jesús, Raúl o Guille. Este último tuvo la más clara, con un cabezazo que sacó con talento el portero del Sporting. Por fin, y tras una acción embarullada, Samu Guerrero encontró el camino del gol (1-2) con una limpia definición. La alegría duró poco y un par de minutos después, con el tiempo reglamentario casi cumplido, el Sporting aprovechó dos rebotes dentro del área para empatar (2-2) con un tiro que pegó en el larguero antes de entrar.

El Sporting se acercó a la meta de León con más voluntad que talento. El Deportiva se volcó y las tuvo por dentro, por fuera y desde lejos. El resultado refleja con cierta fidelidad la tensión y el esfuerzo. Incluso las llegadas. Las ocasiones de uno y otro, eso sí, dejan la sensación de que el Sporting ganó un punto y el Deportiva perdió dos

En unos meses tendremos revancha. ¿Estará atenta la Concejalía para entonces? ¿Vio ayer el número de aficionados que abarrotaron las mediocres instalaciones del Palmeral? ¿Comprenderá que el problema de nuestra ciudad no se cura con sillas de plástico de uno u otro color?

 

Por parte del CFP Orihuela Deportiva lucharon: León; Guille, José Berná (Edu), Vicente, Fede, Abel (Diego); Raúl Castaño, Kino (Bambi); Samu Guerrero, Yoel y Roque (Manuel Jesús). Ent: Mario Tormo

Goles: 1-0 Kino (p.), 2-1 Samu Guerrero

Unos 350 espectadores en el Palmeral.

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