El Deportiva no pudo comenzar peor su retorno a la competición y a la que fue su casa hasta la infausta riada de septiembre de 2019, el polideportivo del Palmeral. Y no fue por deficiencias en el juego, notablemente superior al reflejado en el marcador.
El equipo de la afición echa de menos a la ídem, claro, aunque no es excusa. Las jugadas de peligro las puso el equipo local, pero eso tampoco es una excusa. El fútbol es un juego de aciertos y aprovechamiento de errores y, en eso, el San Miguel fue mejor que el Deportiva en el día de ayer. Suele ser suficiente para no perder en el fútbol regional.
Tanto el primer gol visitante como el segundo tuvieron como patrón común el fallo en la salida de balón del equipo gualdinegro. Cuestión de acierto, de precisión.
Pero como esto es una crónica, no una hoja parroquial o un acta federativa, no podemos obviar los momentos de vértigo que imprimió al equipo el centro del campo que formaron Rosendo, Fabián y Joaquín en el segundo tiempo. Debemos señalar el gran chut en el gol de Joaquín desde más de 30 metros, maravilloso, atravesando la escuadra salinera sin piedad. Y no nos apetece pasar de puntillas por el notable debut de Carles Ruzafa, que si bien no pudo anotar en su estreno, demostró que un delantero no solo está para marcar goles. Las peinó casi todas y generó juego para Gálvez, Samu y Jara. Y cómo nos alegra ver de vuelta a uno de los nuestros, a un héroe del ascenso como Guille.
No hay tiempo para lamentos ni para excusas porque son muchos los brotes verdes a los que agarrarse tras el partido de ayer. El equipo gualdinegro tiene por delante tres finales. Sin piedad.
Por parte del CFP Orihuela Deportiva lucharon: León; Guille (Roque), Libu, Hamza, Abel (Julio); Rosendo (Mario), Fabián, Víctor Jara (Nabil), Gálvez (Joaquín), Carles Ruzafa y Samu Guerrero. Entrenador: César Álvarez
Goles: 1-1 Joaquín
Partido a puerta cerrada en el Polideportivo del Palmeral de Orihuela
